El ratón es uno de los periféricos que más se usan en los puestos de trabajo, y como sucede también con los teclados, repercuten directamente sobre la salud, el rendimiento y la comodidad de los usuarios.
En el caso del ratón, un mal uso de este dispositivo durante muchas horas al día, y la elección de un modelo poco adecuado, pueden desembocar a largo plazo en un síndrome del túnel carpiano, u otras lesiones similares. Por eso conviene mantener siempre una postura ergonómica, con el antebrazo y la muñeca rectos y relajados, apoyados sobre la mesa sin desviaciones laterales.
Además, hay que tener en cuenta que cada puesto de trabajo tiene sus particularidades, no es lo mismo estar 8 horas probando y diseñando videojuegos, que trabajar haciendo movimientos muy repetitivos, o que requieran de una gran precisión. Inconscientemente, las manos de los usuarios adoptan diferentes posiciones sobre el ratón, debido a que cada forma de agarre proporciona diferentes resultados en el manejo del dispositivo. Por eso, en función del tipo de trabajo que se vaya a realizar podremos elegir la forma del ratón más adecuada y ergonómica en cada caso.
Agarre con la palma o “palm grip”: Es la forma más ergonómica en general de utilizar los ratones. Son ideales para las tareas habituales de oficina que no requieren de exigencias especiales. Con ellos la palma de la mano se encuentra relajada sobre el dispositivo con muchos puntos de contacto y soporte. Este tipo de ratones suelen ser más anchos y largos que el resto, y además cuentan con un arco pronunciado para facilitar el apoyo natural de la mano. No son adecuados para tareas que requieren una gran rapidez y repetición, pero son ideales para un control de deslizamiento delicado y preciso.
El agarre de la garra o “claw grip”: En estos dispositivos la mano se arquea, dejando menos puntos de contacto con el ratón y adoptando una forma de garra como su nombre indica. Ofrecen mucho más control cuando hacen falta deslizamientos rápidos de un lado a otro de la pantalla. Los ratones hechos para este tipo de agarre son más cortos, con un arco posterior menos pronunciado, y con una presencia general más ágil y liviana. Suelen ser utilizados por los gamers, y también pueden ser apropiados cuando se trabaja introduciendo datos, o en funciones de diseño.
Agarre de dedos o “tip grip”: Este tipo de agarre es el más peculiar de todos, solamente se utilizan las puntas de los dedos para controlar el movimiento del ratón. Los dispositivos adaptados para este agarre son muy cortos, y los más planos de los tres modelos. Todo está diseñado para dar prioridad a la velocidad en estos ratones, lo que puede ser un problema si se busca al mismo tiempo una buena precisión.
Ya hemos visto la importancia de la forma en los ratones, pero hay otros factores a tener en cuenta para dar con el modelo 100% adecuado: