Los olores tienen una gran capacidad de influencia sobre los seres humanos, nos traen recuerdos, modifican nuestro ánimo, e incluso actúan sobre el cuerpo relajándonos o aumentando las pulsaciones…
A pesar del impacto que los olores tienen sobre las personas, cuando pensamos sobre el diseño de una oficina, casi siempre tendemos a centramos en los aspectos visuales. Afortunadamente, al indagar sobre un buen diseño de oficina descubriremos que se ha tenido en cuenta también aspectos no visuales, como la acústica, y probablemente las texturas.
Aunque el sentido predominante en la mayoría de las personas sea la vista, los otros 4 sentidos cumplen también una función vital, a través de ellos recibimos millones de datos sobre nuestro entorno, que nos indican si debemos estar alerta, relajados, contentos, concentrados, etc.
Entonces, ¿puede ser que estemos infravalorando el impacto de las fragancias y los olores en nuestro entorno de trabajo? Hay muchas probabilidades de que así sea…Según la investigación llevada a cabo por Savills & The BCO en 2016, para un 75% de los 1.000 trabajadores encuestados el olor resultó ser un aspecto muy importante en la oficina.
Varias universidades e investigadores a lo largo de todo el mundo se han interesado por el potencial de las fragancias: Según un estudio de la Universidad de California, el olor del café puede inducir un efecto calmante; la Universidad de Tubigen en Alemania ha confirmado mediante otro estudio que el olor a vainilla tiene un efecto similar; y un tercer estudio en Tailandia mostró que el olor a rosas reduce tanto la presión sanguínea como la frecuencia respiratoria.
Tratar de transponer directamente los efectos de estas fragancias a nuestro lugar de trabajo esperando resultados inmediatos no sería muy sensato, pero si el marketing ha descubierto hace tiempo la capacidad de las fragancias para influir sutilmente en los clientes, ¿por qué no utilizar sus beneficios en las oficinas también?
Algunos de los mejores ejemplos del uso de las fragancias los podemos encontrar en las industrias hoteleras, donde el olor ha pasado a ser una parte más de su identidad y marca. En las tiendas y comercios también se utiliza para incentivar las ventas, y los supermercados hornean durante el día sus productos para que los aromas se extiendan por todo el local. Incluso las inmobiliarias aseguran que el olor a café recién hecho y a bollería les ayuda a vender más casas.
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Entonces, ¿Cómo podemos sacar el máximo partido al sentido del olfato en nuestras oficinas? Una de las formas más inteligentes de aplicar fragancias en los espacios de trabajo es utilizar plantas naturales, porque además de generar deliciosos olores sutiles, también ayudan a purificar el aire, y mejoran el estado de ánimo de los trabajadores. Eso sí, a la hora de elegir las plantas, hay que tener en cuenta que a ningún trabajador le causen alergia.
Otra opción es utilizar ambientadores o fragancias concentradas, las notas cítricas del Jazmín de la naranja han mostrado ser útiles para incrementar la productividad; mientras que la lavanda ayuda a que los descansos sean más efectivos y reponedores.
En cualquier caso, recuerda aplicar los olores de forma sutil para no recargar el ambiente, y ten en cuenta que a veces, simplemente el olor a un buen café recién hecho en la oficina puede mejorar el ambiente.