No todos somos iguales, afortunadamente. Gracias a esa diversidad las compañías pueden beneficiarse de las distintas capacidades, habilidades y formas de solucionar los problemas. La convivencia intergeneracional en las oficinas es una apuesta enriquecedora, que cada vez más compañías valoran como algo positivo.
Hoy en día conviven 4 generaciones diferentes en los puestos de trabajo, cada una de ellas con sus puntos fuertes, su cultura empresarial, y su propio estilo de hacer las cosas.
La Generación Silenciosa son las personas nacidas antes de 1945, la mayor parte de esta generación no está en activo, pero sigue habiendo personas al frente del cañón con mucha experiencia que aportar. Son trabajadores con un gran sentido de la responsabilidad, y que aprecian la formalidad.
La Generación del Baby Boom está formada por las personas nacidas entre 1946 y 1964. Son trabajadores optimistas, disfrutan del trabajo en equipo, aprecian la flexibilidad y el equilibrio.
La Generación X la componen los nacidos entre 1965 y 1985. Los miembros de esta generación son más individualistas y autónomos, y cuentan con mucha capacidad para emprender. En general son menos formales que las generaciones anteriores, y suelen centrarse en los resultados, y no tanto en los procesos.
Los Millenials son la generación nacida después de 1985. Son nativos digitales, por lo que tienen mayores capacidades con los medios, las tecnologías digitales y pueden desempeñar varias tareas a la vez. Prefieren el trabajo en colectivo, y disfrutan con el feedback y la motivación permanente.
Potenciar y valorar las diversas habilidades de cada generación es imprescindible para el buen funcionamiento de las empresas; pero lograr que de la combinación de talentos surja una verdadera sinergia, es lo que realmente puede hacer que una empresa se diferencie de otra, con una gran ventaja competitiva.
¿Cómo lograrlo? Una de las claves principales para conseguir la sinergia entre trabajadores multi-generacionales reside en el diseño de la oficina y los espacios de trabajo.
Mientras que la generación más senior prefiere espacios privados y en consonancia con su nivel jerárquico para trabajar, la generación del Baby Boom se mueve de manera cómoda entre espectros más amplios, aunque también aprecia un espacio personal. Sin embargo, los Millenials se sienten a gusto en espacios informales, sin jerarquías, y abiertos, lo que les permite una mayor socialización.
La clave reside en crear un diseño de oficina híbrido que permita a todos los trabajadores sentirse bien, y al mismo tiempo interaccionar y trabajar en equipo. Para ello hay algunos espacios que no deberían faltar en una oficina multi-generacional:
Es importante que existan esos espacios comunes e insonorizados, donde los equipos puedan reunirse e intercambiar perspectivas y avances. Pero también es importante permitir que cada miembro escoja el lugar en el que mejor se sienta para desollar sus tareas. Por eso, decantarse solo por despachos o por espacios completamente abiertos y comunes, no generaría esa sinergia. Solo cuando cada miembro siente que tiene su sitio, la colaboración puede fluir y reforzarse.
Para que una oficina con un diseño híbrido funcione bien, es necesario hablar con los empleados y conocer las necesidades de cada uno. Una vez establecidos los espacios, es importante transmitir el uso, las normas básicas, y la finalidad de cada espacio. Son cuestiones que no siempre resultan evidentes para todo el mundo, pero bien explicadas permitirán a todos disfrutar de una oficina en armonía, y multiplicar la inteligencia multi-generacional de la empresa.
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