A veces son olores fuertes que vienen de la cocina, encontrar el microondas siempre sucio, o colegas excesivamente ruidosos lo que nos molesta. Pero, desde luego, ningún problema de convivencia en la oficina es tan dramático, divisivo y ubicuo como la famosa guerra del aire acondicionado.
No importa el país, el continente o incluso la estación del año, las disputas por el aire acondicionado de las oficinas son un problema serio en los lugares de trabajo de todo el mundo. Los trabajadores invierten su valioso tiempo en conseguir la temperatura óptima en su espacio de trabajo compartido, siempre quejándose de que hace demasiado calor o demasiado frío.
Sin duda una de las principales fuentes de conflicto en el entorno de una oficina es el aire acondicionado, y normalmente causa conflictos entre hombres y mujeres. En general, los hombres prefieren trabajar en ambientes más frescos, mientras que las mujeres prefieren una oficina más cálida.
Lo que ocurre es que la temperatura de la mayoría de los equipos de aire acondicionado de las oficinas se establece de acuerdo con investigaciones de los años 60, cuando las oficinas estaban ocupadas en gran medida por hombres. El estudio que se hizo en aquella época determinó la tasa metabólica de un hombre de mediana edad que pesaba 75 kg y la utilizó para establecer la temperatura "óptima" para una oficina.
Sin embargo, en las oficinas modernas suelen convivir tanto hombres como mujeres, por lo que estos ajustes de temperatura resultan obsoletos y un poco sexistas. Un estudio realizado por la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos, reveló que la temperatura óptima de trabajo para hombres y mujeres difería en 3°C, de los 22°C a los 25°C respectivamente.
Lógicamente esto es sólo una generalización y siempre habrá excepciones a la regla, pero el tema clave es que cada persona tiene un ritmo metabólico diferente y funciona mejor en diferentes condiciones de temperatura. Así que, teniendo esto en cuenta, es muy difícil encontrar un punto de equilibrio en el que todos los trabajadores vean garantizado su confort.
Cualquier empresario es consciente que un equipo de trabajo contento resulta en una fuerza laboral productiva. Los empleados que pasan demasiado calor, o demasiado frío, normalmente se sienten incómodos e insatisfechos en su entorno de trabajo. En consecuencia suelen ser mucho menos productivos que los que se siente felices, valorados y cómodos.
Además las investigaciones demuestran que, por lo general, las temperaturas más altas son mejores para las tareas que implican creatividad, mientras que las temperaturas más bajas mantienen alerta a los empleados mientras realizan tareas monótonas.
Por lo tanto, tiene todo el sentido del mundo que los empresarios hagan lo que puedan para que el ambiente, temperatura, en la oficina sea lo más agradable posible para todos los empleados.
Obviamente es virtualmente imposible complacer a todos en la oficina; por lo tanto, es inevitable que de vez en cuando el trabajador tenga que recurrir a un jersey para mantenerse cómodo, o quitarse capas de ropa para estar más fresco. Como para casi todo, lo mejor es procurar acercar posiciones llegar a un compromiso en cuanto al aire acondicionado.