La protección del medioambiente ya no es la excentricidad de unos pocos activistas, es un tema que nos concierne y preocupa a todos. Actualmente la conciencia general apoya y demanda el respeto al medioambiente y reclama de las empresas un compromiso firme para garantizar el futuro de todos protegiendo el medioambiente.
Existe una regulación del año 2007, la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental, que se ocupa de proporcionar a las empresas una normativa que determine responsabilidades en la prevención y reparación del perjuicio medioambiental.
Lógicamente al existir esta normativa, existen también procedimientos para asegurar su cumplimiento mediante instrumentos como puede ser la garantía financiera obligatoria, o bien el sistema de infracciones y sanciones que ampara el Anexo II de la Ley 26/2007.
La responsabilidad medioambiental es la principal obligación
La empresas tienen una responsabilidad que se distribuye en varios frentes del tema medioambiental. Por un lado tienen una responsabilidad previa que se tiene que reflejar en políticas y procedimientos empresariales que supongan medidas de prevención para que no dañar el medio ambiente.
Y por otra parte cuando el daño ya se ha producido, bien sea por la emisión de contaminantes, o la falta de reciclaje de residuos de la producción, la empresa tiene la obligación de tomar las medidas necesarias para devolver el medio ambiente a su situación original. Si no es posible tienen que tomar medidas en otros sitios como compensación.
Dentro del rango de acción de la la Ley 27/2007 están incluidos daños y amenazas a aguas y ribera del mar, suelo, especies de flora y fauna y hábitats.
Hace dos años se aprobó la Orden APM/1040/2017, que determina a partir de cuándo es obligatorio constituir una garantía financiera obligatoria para las actividades clasificadas como nivel de prioridad 1 y 2.
¿Está mi empresa obligada a establecer una garantía financiera?
Depende de si realiza una de las actividades determinadas como nivel de prioridad 1 y 2 (determinadas actividades de captación y vertido de residuos, manipulación y traslado de material peligroso ).
Muchas empresas están obligadas a constituir la garantía financiera obligatoria. Las multas y consecuencias económicas de no tener en cuenta dichas obligaciones pueden alcanzar los 2 millones de euros e incluso perder la licencia de actividad económica.
Cumplir con las obligaciones medioambientales como empresa es importante, pero ¿es suficiente quedarse en lo que reclama la ley? Muchos piensan que las empresas tienen una responsabilidad para con la sociedad que les obliga a ir más allá de la legislación para garantizar la sostenibilidad.
De las 100 empresas más importantes de la lista Fortune, 86 tienen informes de sostenibilidad a disposición del público. Casi la mitad (49) de las 100 empresas incluidas en la lista Fortune mencionaron la biodiversidad en sus informes y 31 asumieron compromisos claros en materia de biodiversidad y otras 12 asumieron compromisos claros en materia de pesca o silvicultura.
Sin embargo, sólo cinco de estas empresas asumieron compromisos en materia de biodiversidad que podrían considerarse específicos, mensurables y de duración determinada.
Esto es diferente a la adopción mucho mayor de compromisos climáticos basados en la ciencia por parte de las empresas medioambientales que se comprometen a reducir las emisiones de carbono de acuerdo con el Acuerdo de París, haciendo hincapié en que la pérdida de biodiversidad sigue siendo una cuestión menos apremiante para el sector privado en comparación con el cambio climático.
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