En la última década la sociedad y el mercado han experimentado profundos cambios que han modificado las demandas de los clientes, la forma de trabajo y las necesidades de las empresas. Muchos de esos cambios han venido impulsados gracias a los avances tecnológicos, que continuarán transformando todos los ámbitos de nuestra vida, incluido el laboral.
Nos hemos acostumbrado a utilizar los smartphones, conducimos coches inteligentes y estamos empezando a introducir los sistemas de domótica en nuestros hogares. Y en la oficina...¿qué cambios podemos esperar?
Las Smart office, u oficinas inteligentes, suponen una evolución de las formas y la cultura de trabajo en la oficina, implica una adaptación a las necesidades actuales, implementando la tecnología disponible.
Las oficinas con tecnología Smart buscan la eficiencia y la eficacia desde todos los ángulos posibles, y por eso ponen el foco del diseño de las oficinas en las personas, sus necesidades a la hora de realizar trabajo, y su bienestar.
Los espacios abiertos y el fin de los despachos, además de ahorrar un coste en metros cuadrados desaprovechados, permiten crear nuevos espacios, como zonas comunes en las que trabajar desarrollando sinergias, con objetivos comunes, y potenciando la toma de decisiones. También permiten la creación de diferentes zonas, como estancias distendidas con ambientes cómodos, para dar respuesta a las necesidades de los trabajadores, y ayudarles a alcanzar su máximo potencial.
La ergonomía y la adecuación del mobiliario a las personas -y no viceversa-, es uno de los puntos claves de las oficinas Smart. Por eso todos los elementos están enfocados al bienestar de los trabajadores, desde las mesas y las sillas, hasta las entradas de luz natural, la climatización, etc.
La flexibilidad es otra de las claves de las oficinas Smart, que cada vez más ofrecen autonomía a sus empleados para elegir la zona de trabajo que les resulte más apropiada, o incluso para reconfigurar alguna zona si fuera necesario. Por eso, la versatilidad del mobiliario y la capacidad de reconfiguración son elementos esenciales. Una oficia Smart puede combinar zonas de soft seating, mesas de trabajo, salas de reuniones, salas de conferencia, cafetería, e incluso una zona para hacer deporte. En definitiva, el espacio deja de definirse en función de la jerarquía para distribuirse en función de las actividades.
Las nuevas tecnologías nos permiten trabajar casi en cualquier lugar, y en las oficinas Smart la tecnología juega un papel fundamental simplificado las tareas, facilitando las relaciones y las gestiones del día a día.
Es habitual la utilización de elementos domóticos aplicados a la oficina, como la automatización de los sistemas de climatización, la regulación de las luces, e incluso el control de accesos. Pero también el uso intensivo de sistemas específicos, como dispositivos de audioconferecia que mejoran la calidad de las llamadas, el uso de grandes pantallas que permiten videoconferencias casi a tamaño real, dispositivos de reserva de salas, etc.
Las oficias Smart buscan atraer y mantener el talento humano, y ayudar a que se desarrolle en su máxima plenitud dentro de la empresa. Generan un entorno agradable y funcional que transmite los valores de la marca y potencia el sentimiento de pertenencia.
¿Te gustaría trabajar en una oficina con tecnología Smart?