Si el lunes al entrar en la oficina pudieras elegir entre sentarte en una mesa con un café a repasar tus emails, utilizar la sala del sofá y unos puffs para reunirte con tu equipo, o acomodarte en una butaca para hacer las llamadas del día… Probablemente tu ánimo cambiaría, e irías con muchas más ganas y predisposición hacia el trabajo. De esto se han dado cuenta también muchas empresas que empiezan a adoptar el soft seating en sus oficinas.
El concepto abierto de oficina fue la última “revolución” para mejorar el ambiente, la productividad y la comunicación entre los empleados, pero esta nueva forma de entender los lugares de trabajo parece estar pisando fuerte también.
¿Quieres saber por qué? Te contamos todos los beneficios que el soft seating puede aportar a tu empresa, y con solo una reforma o rediseño más simple del que crees:
El soft seating permite crear ambientes laborales más distendidos y menos rígidos, que estimulan la comunicación entre compañeros y el intercambio de ideas. La creatividad y las sinergias surgen de una manera más fácil y espontánea cuando los empleados están cómodos y no se encuentran inmersos en un entorno rígido.
Por ejemplo, no es lo mismo realizar una sesión de brainstorming en torno a una mesa de reunión con seis sillas, donde la formalidad impedirá que el lado más creativo y el pensamiento lateral fluyan libremente; que tener la sesión de trabajo en un sofá con una mesa baja, e incluso con algunos puffs o cojines en el suelo.
Cuando los empleados pueden elegir dónde sentarse para realizar una tarea, no solamente mejora su comodidad, sino que también están optando por las condiciones que les permitirán desarrollar el trabajo con mayor eficacia. Por ejemplo, si necesitan realizar una llamada larga, quizá opten por una butaca en una zona alejada que les permita negociar de la mejor manera posible, sin interrupciones ni distracciones; en cambio si deben redactar un informe, optarán por una mesa y una silla ergonómicas, porque todos buscamos siempre las mejores condiciones posibles para realizar nuestro trabajo.
El estado de flujo es un tipo de concentración ideal en el que nos sumergimos cuando la tarea recoge toda nuestra atención sin que para ello debamos hacer un esfuerzo consciente. Es este estado las horas “vuelan” y cuando nos queremos dar cuenta, hemos terminado la tarea.
Para alcanzar este estado flujo el entorno y la comodidad son dos factores fundamentales. El soft seating permite que nuestro cuerpo esté relajado y pueda cambiar de postura cuando sea necesario, eliminando las incomodidades propias de pasar mucho tiempo sentado de la misma manera. Además, fomenta un entorno relajado y distendido en el que nuestros sistemas de alerta naturales se desconectan y dejan la mente libre para centrarse en lo importante.
El soft seating se debe implementar de manera que el mobiliario utilizado sea ergonómico para evitar los problemas de espalda. Teniendo estas precauciones, el resto serán beneficios, ya que los cambios de postura ayudan a prevenir lesiones.
Además, cuando los empleados no se encuentran bien del todo, es más probable que decidan acudir al trabajo si saben que podrán sentirse como en casa.
Por último, el soft seating permite una gran versatilidad en los diseños, y se adapta a cualquier espacio y presupuesto. Y, además de los beneficios mencionados, es una filosofía del espacio ideal para aquellas empresas que quieran proyectar una imagen innovadora.
Después de ver todos estos beneficios, ¿te atreves a probar el soft seating en tu empresa?