En apenas unas décadas las oficinas de trabajo han sufrido una transformación sorprendente. No siempre los lugares de trabajo han tenido espacios abiertos y colaborativos como ocurre actualmente. Afortunadamente en casi todos los trabajos que lo permiten, hemos pasado de los agobiantes cubículos personales a espacios donde la interacción y la amplitud mejoran considerablemente tanto el ambiente laboral, como el rendimiento del trabajo. Además, hoy en día es habitual que las oficinas cuenten con una cafetería u otro lugar similar donde realizar pequeños descansos y socializar con el resto de compañeros.
Muchos de estos cambios han venido de la mano de la incorporación de los millennials al mercado de trabajo, y de las estrategias de las empresas para conseguir su retención laboral. Mientras que aún hay empresas que se están adaptando a estos cambios, la irrupción de la generación Z es inminente, y comienza a dejar sus huellas en la cultura laboral y las costumbres de las empresas.
La generación Z está formada por los jóvenes nacidos a partir de 1995. Son personas que han nacido en la era digital, y por tanto han crecido haciendo uso Facebook, Instagram, Twitter, Youtube, y navegando por internet. Se estima que dentro 5 años, 1 de cada 3 trabajadores en España pertenecerá a la generación Z.
Ya hemos hablado del impacto que tuvo la generación millennial sobre las oficinas, pero ¿Cómo influirá la nueva generación Z en el diseño de los espacios de trabajo?
La generación Z tiene mucho que aportar a las empresas, son resolutivos y buscan atajar los problemas de la manera más efectiva posible. Como nativos digitales, cuentan con grandes habilidades y aptitudes en el entorno digital y las redes sociales; además, son personas autodidactas, acostumbradas a mantenerse en formación continua permanentemente.
La incorporación de esta nueva generación seguirá profundizando en los cambios que los millennials ya empezaron a reclamar en las empresas. La tendencia serán los espacios colaborativos donde tengan cabida trabajadores de cualquier generación, con habilidades y especialidades distintas. El mayor reto será la capacidad de ayudar a los trabajadores a generar esas simbiosis que pueden resultar muy provechosas para las empresas. Un espacio de trabajo adecuado, que favorezca las relaciones y haga sentir bien a todos los empleados puede ser la clave para conseguirlo.