Puedes presumir de dar un servicio de alta calidad a tus clientes, puedes presumir de tener empleados altamente cualificados, pero ¿puede tu oficina presumir de tener medidas de eficiencia energética implantadas?
Al fin y al cabo, tu oficina es la imagen de tu empresa y en cierta medida representa los valores, y los principios que rigen tu negocio. Por eso, es tan importante ocuparse no solo del negocio en sí, sino también del entorno de trabajo.
Implantar algunas medidas de eficiencia energética va a mejorar el ambiente en tu oficina incrementando el rendimiento de tus empleados y además puede suponer un considerable ahorro en facturas de suministros energéticos.
Aquí tienes algunos consejos a contemplar a la hora de mejorar la eficiencia energética de tu oficina:
Es posible que tu empresa ya tenga implantadas algunas medidas de eficiencia energética o quizás no. Así que lo primero es evaluar en detalle la situación real de la gestión energética de tu oficina.
El conocimiento es clave para mejorar y es posible que una auditoría energética te proporcione los datos que necesitas para poder preparar un plan de renovación que se adapte a tus circunstancias.
Tu plan de eficiencia energética debe abordar tres vertientes distintas: reducir el consumo, reducir emisión de contaminantes y todo ello asegurando el confort y el adecuado funcionamiento del negocio.
La mayoría de los negocios no pueden permitirse el lujo de construir un edificio nuevo, o renovarlo desde cero. Sin embargo, tanto si eres propietario como si alquilas, puedes aumentar tu eficiencia energética y el primer paso para hacerlo es medir tu consumo.
La evaluación comparativa es una excelente manera de empezar a ver dónde se pueden realizar las mayores mejoras en la eficiencia energética.
El exterior de tu oficina debe estar diseñado para reducir las necesidades de calefacción y aire acondicionado. Su aislamiento debe hacer que tu oficina sea lo más hermética posible.
En los edificios nuevos, esto puede lograrse utilizando aislamiento de alto rendimiento y sistemas de paredes no tradicionales que ofrecen aislamiento adicional. Cambiar puertas y ventanas para evitar fugas de aire en edificios más antiguos puede ser una gran inversión.
Manténte atento al mercado de sistemas y equipos de alto rendimiento y eficiencia energética. Los productos certificados Energy Star, por ejemplo, suelen estar entre los primeros 15 a 30% de su clase en cuanto a rendimiento energético.
Un ordenador certificado por Energy Star, por ejemplo, consumirá entre un 30% y un 65% menos de energía que un modelo normal no certificado. Estos productos evolucionan rápidamente, por lo que es importante mantenerse informado sobre los nuevos desarrollos.
La actualización a la iluminación LED puede ayudarte a reducir tu consumo de energía en un 75% en comparación con la iluminación tradicional. También puedes instalar sensores en espacios de uso poco frecuente, como salas de conferencias y baños, para reducir el consumo de energía.
Es evidente que a pesar de los posibles costes iniciales, las inversiones en eficiencia energética se encuentran entre los desembolsos más seguros que puedes realizar.