Quizá el titular de este post apunta demasiado alto, pero lo que es cierto es que “gustar” a tus empleados y mantener una buena relación con ellos no sólo mejorará notablemente el clima laboral de la empresa, sino que también aumentará sus niveles de productividad y motivación.
Cuanto más fluida sea la relación entre jefes y empleados más contentos se sentirán y mayor sentimiento de pertenencia desarrollarán. Ese sentimiento de “amor” hacia su empresa se traduce en mayor compromiso e implicación que sin duda se traducen en beneficios para la empresa. ¿Pero cómo puede un cargo de responsabilidad conseguir que su equipo tenga una buena relación con él o ella? Aquí os dejamos 10 consejos:
Transparencia y sinceridad.
No les prometas aquello que ni puedes cumplir ni enmascares la realidad. Si no cumples con tu palabra o faltas a la verdad tus empleados perderán toda confianza en ti.
Planifica las reuniones con antelación.
Los trabajadores se organizan las semanas para sacar las tareas e intentar ser lo más productivos posible. Si les sorprendes con reuniones que no esperaban romperás su ritmo y tiempo de trabajo, lo cual les generará estrés y malestar. Evítalo y comunícales con tiempo las reuniones que quieras mantener.
Controla el número de emails.
Llenar la bandeja de entrada de tus empleados con cientos de emails llenos de órdenes es lo que debes hacer si quieres que nunca te llamen para ir a tomar algo después de trabajar. Procura enviar un email con todo aquello que necesites comunicarles bien organizado.
Anima a la capacitación.
Motiva a tus empleados para que no abandonen sus proyectos de crecimiento. Cada elección de un empleado por seguir formándose y mejorando profesionalmente es a la larga un aumento de valor para tu empresa.
Comparte tu visión.
Cuanta más información compartas con ellos más integrados se sentirán en los proyectos y más se implicarán en su desarrollo de crecimiento.
Pide su opinión.
Ser el jefe no significa saberlo todo o estar en posesión de la verdad absoluta. Tus empleados valorarán si les pides opinión a la hora de tomar decisiones importantes.
Muestra interés.
Sin invadir su vida privada, muestra interés por su bienestar general.
Reconoce el buen trabajo.
Se da por hecho que los empleados deben hacer su trabajo lo mejor posible, pero no está demás que de vez en cuando se reconozca un trabajo bien hecho para motivar.
Provee incentivos.
No siempre tienen porqué ser económicos, hay muchos tipos de recompensas que los trabajadores valoran como por ejemplo dar vacaciones en el día de su cumpleaños.
Hay vida más allá de la oficina.
Ten siempre presente que tus empleados son personas con vidas más o menos complicadas, con hobbies, con otras obligaciones y preocupaciones… Respeta su tiempo fuera de la oficina.
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